9 de diciembre de 2013

Resumen: CÓDIGO MOURINHO - Cubeiro / Gallardo



Puntos a destacar en Mourinho:

  • Primero, la legitimidad que le otorgan sus resultados. Haberlos conseguido en diferentes entornos, países y clubes demuestra que no es fruto de la casualidad, algo a lo que sabe agarrarse cuando conviene, pues si no fuese por los títulos, sus numerosos enemigos ya se habrían encargado de él.
  • En segundo lugar, haberlos conseguido sin vestir ni un solo día de corto, demostrando una vez más que para ser un buen fraile no es necesario haber sido monaguillo.
  • Tercero, su obsesión por mantener vivos a sus enemigos. Porque no abre la boca sin saber contra qué o quién cargará. Y en una sociedad buenista y con una doble moral manifiestamente escandalizable, ésa es la base para empezar a decir algo de interés. Como alguien escribió una vez, “si cuando hablas nadie se molesta, es que no has dicho absolutamente nada”.
  • Cuarto, por su honestidad brutal. Decir las cosas que todo el mundo piensa y nadie se atreve a decir. Algunos lo llaman transparencia. Otros, mala educación. La mejor manera de sembrar enemistades por la vía rápida.
  • En quinto lugar, su soberbia y su aversión a la falsa modestia. Esa cruzada interior por mantener un sano desequilibrio entre seguridad en uno mismo y prepotencia, farol típico de los que, además de tímidos, son inseguros.
  • Sexto, su búsqueda incesante de expresarse a través de titulares cortos, memorables y contundentes que provoquen de todo menos indiferencia. Una acusación que a menudo eclipsa el contenido de lo que se dice, y que suele manifestarse en otra gran frase: “las formas le pierden”.
  • Séptimo, el uso y abuso de la ironía. La única vacuna conocida contra la estupidez y el aburrimiento. El día que falte, muchos la echaremos de menos. 
  • Octavo, la necesaria distancia entre el personaje en público y la persona en el ámbito privado. Imagino que los que conozcan a Mou también estarán hartos de la eterna pregunta “pero realmente, ¿él es así?”. Me temo que la respuesta es siempre decepcionante.
  • Noveno, su imprevisibilidad. Nadie es capaz de acertar por dónde saldrá esta vez.


Personas con mentalidad fija o mentalidad de crecimiento


Las personas con mentalidad fija creen que sus cualidad básicas, como la inteligencia o el talento, son rasgos fijos. Se esfuerzan todo el tiempo en demostrar que son inteligentes o talentosas, que son ganadoras y no perdedoras. Tratan de que nadie advierta sus deficiencias, y se amargan si sus aptitudes no son reconocidas de la manera en que ellas piensan que merecerían. 
Por el contrario, las personas con mentalidad de crecimiento, son las que creen que sus cualidades básicas pueden cultivarse mediante el esfuerzo y el aprendizaje. Buscan experiencias que impliquen desafíos, con el objeto de que sus aptitudes evolucionen a un nivel superior. La clave es considerar el talento desde una mentalidad de superación, de mejora, de desarrollo, de aprendizaje.
“Las personas con una mentalidad de crecimiento son mejores padres, profesores, jefes, compañeros y amigos.  Creen que las personas pueden crecer y, por lo tanto, son mejores para estimular el crecimiento y el aprendizaje en los otros”

“Actúa como un hombre de pensamiento.  Piensa como un hombre de acción”
Thomas Mann (1875-1955), escritor alemán

“El éxito significa tener la valentía, la determinación y la voluntad para convertirte en la persona que crees que puedes llegar a ser”
George Sheehan (1918-1993), médico estadounidense

¿Qué es un líder? Una persona que guía o conduce. El término procede de aquel que abría un camino en el bosque. Y por tanto, incluye tres conceptos poderosos: la estrategia (saber hacia dónde se va, hacia dónde se dirige uno), el equipo (“No hay equipo sin líder ni líder sin equipo”) y la energía (infundir energía, motivar, ilusionar, hacer crecer). Mourinho destaca en estos tres ámbitos.

“El liderazgo es algo que se tiene que ejercer todos los días”
José Mourinho

En la educación hay numerosos ejemplos de “profecías que se autocumplen”, como el “efecto Pigmalión”: las expectativas que tiene un profesor sobre sus alumnos suelen cumplirse, porque su actitud influye decisivamente sobre el comportamiento de éstos.
Los que realmente controlan la materia; personas que trabajan al máximo, desde la absoluta convicción y en la buena dirección. Es la combinación de muchas horas de trabajo, buenas ideas y excelentes soluciones para, al final, adelantarse quince minutos al resto de los mortales.

“Las grandes ideas están quince minutos adelantadas a su tiempo y no a años luz”
Woody Allen, cineasta estadounidense.

“La historia me tratará bien, porque la pienso escribir yo”
Winston Churchill, nobel de literatura.

Un equipo es algo distinto a una suma de individuos


“Yo no quiero relaciones especiales con ninguno de los jugadores. Odio hablar de individuos. Los jugadores no ganan trofeos. Los equipos ganan trofeos, las escuadras ganan trofeos”

José Mourinho, junio de 2004.

“Lo que hace más fuerte a un equipo es poder jugar como un equipo. Más importante que tener un gran jugador o dos grandes jugadores es jugar como un equipo. Para mí, eso está muy claro: el mejor equipo no es el que tiene los mejores jugadores, sino aquel que juega como un equipo”
José Mourinho, 2006.

Cuando Mourinho ingresó en el ISEF (Instituto Superior de Educación Física) de Lisboa, le marcó muy negativamente el libro Teoría general del entrenamiento deportivo, de Lev Pavlovich Matvéev. Era considerado “lo máximo”, la “biblia” en todo lo relativo a la actividad física y el deporte. Y sin embargo, al joven Mourinho no le convenció en absoluto: “Las cualidades que se pueden trabajar en un deporte individual nada tienen que ver con las cualidades que funcionan en un deporte colectivo, como el fútbol”.

Efectivamente, cuando dos personas se juntan generan sinergias (resultados mejores de los que se obtienen por separado, es decir lo deseable) o antisinergias (desgraciadamente, lo más frecuente). Una relación es neutral en términos de rendimiento. Un equipo no se improvisa y Mourinho lo sabe muy bien.

Carta a los jugadores


Cada inicio de temporada Mourinho le escribe una carta a sus jugadores. En el verano de 2004 les entregó a los jugadores del Chelsea una carta que contenía expresiones como ésta:
“Ser campeones tiene que ser siempre nuestro objetivo. Un objetivo diario, una motivación consistente y permanente, una luz que tiene que guiar nuestro trayecto a partir de ahora. Cada entrenamiento, cada partido, cada minuto de nuestra vida profesional y social tiene que centrarse en este objetivo que, repito, es NUESTRO”

Se juega como se entrena


“Trabajo con los jugadores a diario y sé que los que trabajan a tope están en condiciones de hacerlo bien y los que no trabajan bien no están en condiciones de jugar bien. Se juega como se trabaja, y puedo decírselo a la cara a cada jugador.”
José Mourinho

“Es el hombre que somos lo que triunfa en el entrenador que queremos ser”
Manuel Sérgio, maestro de José Mourinho.

“La magia no proviene de la mente del directo, sino de los corazones de los actores”
James Cameron, director de cine.

José Mourinho es un mago en gestionar el talento de sus jugadores para conseguir la victoria. Ello es así porque sabe que el talento es tanto capacidad (un elemento estable) como compromiso (un elemento dinámico), y porque pone en práctica esta idea. El compromiso tiene que ver con la energía que las personas ponen en lo que hacen, y es la consecuencia de su grado de motivación.
Motivación es el término con el que designamos la energía que nos mueve. La motivación se compone de tres elementos: el deseo, el objetivo (el futuro que queremos lograr) y los facilitadores de la tarea que nos permiten alcanzar nuestras metas. 

“Apelar a la motivación es apelar a lo más profundamente humano, a nuestra capacidad de elegir, a nuestra libertad”
José Antonio Marina, Los secretos de la motivación

¿Cómo motivas/ilusionas/entusiasmas a un equipo con unas probabilidades muy remotas de ganar algún título? Mourinho parte de una promesa: cuando él, como entrenador, se fuera a un gran equipo, se llevaría a los jugadores que mejor lo hubieran hecho. Y así ocurrió con Nuno Valente, Tiago y Derlei: los tres aprovecharon su oportunidad. Entonces llegó el F.C. Porto, uno de los grandes equipos.

“Si queréis ser hipócritas es un problema vuestro, yo prefiero ser el saco de boxeo de los cobardes. Nací y crecí así. Moriré igual. Con la cabeza alta, sin miedo a decir las verdades”
José Mourinho, a los periodistas, el 2 de marzo de 2011.


El mayor experto en fidelización del talento es John Gottman, profesor emérito en la Universidad de Washington en Seattle. Nos enseña siete principios para que una relación (de pareja, o en este caso entre un presidente y su entrenador) se prolongue en el tiempo:

  1. Ten claro tu mapa afectivo. Un “mapa afectivo” es el lugar del cerebro donde una persona almacena la información sobre otra. Es crucial conocer realmente al otro, sus esperanzas y sus sueños, sus verdaderos intereses, para mantener su ilusión a lo largo del tiempo.
  2. Nutre la admiración. Esto significa en la práctica mantener una percepción positiva de la otra persona, respetando y apreciando lo que la hace diferente.
  3. Ve hacia el otro en lugar de alejarte. Reconocer los pequeños momentos de la vida y orientarte hacia ellos hará posible la conexión emocional.
  4. Deja que la otra persona te influya. Es importante mantener tu identidad durante la relación, pero también ceder de vez en cuando. Si dos personas se influyen mutuamente, aprenderán a respetarse a un nivel superior.
  5. Resuelve todos los problemas que se puedan resolver. Es importante llegar a compromisos en todo aquello que necesita arreglarse y ser tolerante con las faltas del otro.
  6. Evita los estancamientos. Las diferencias más importantes sólo pueden sobrepasarse si hay un conocimiento muy profundo de la otra persona y un alto nivel de empatía.
  7. Crear un significado compartido. A partir de rituales, tradiciones, roles y símbolos.

“Mi objetivo es unir, no dividir. Nosotros no entramos en debates sobre quién es mejor, quién está mejor, quién es titular… Somos un equipo y jugamos como equipo; ganamos y perdemos como equipo. Lo importante es que todos quieren jugar de titulares y en cada partido”
José Mourinho

Eficacia/Eficiencia


Es importante diferenciar los conceptos de eficacia y eficiencia. La eficacia es la consecución de los objetivos marcados; la eficiencia es lograrlo optimizando los recursos con los que uno cuenta.
En la mayoría de las empresas, la calidad del trabajo suele medirse por la cantidad de horas que se invierten en el mismo. Parece que cuantas más horas, mejor. Y sin embargo, la mera presencia en el lugar de trabajo tiene poca relación con la eficiencia y con la eficacia. Lo importante es marcarse retos ambiciosos y crecer personal y profesionalmente para alcanzarlos.

“Quien dice que los jugadores más creativos deben estar liberados de tareas defensivas no entiende nada de fútbol. Los once jugadores deben saber qué hacer con la posesión del balón y qué hacer cuando el adversario tiene el esférico”

“Algo que para mí es muy claro es que para asumir el control del juego hace falta tener el balón. Disfrutar de él. Mi idea táctica principal pasa por tener la pelota. Quiero una alta circulación de balón y, para que eso acontezca, los jugadores deben saber que en determinada posición tienen a un compañero”
José Mourinho

“El talento es la inteligencia activa y puesta a trabajar, animosa y emprendedora. Es la inteligencia resuelta, es decir, que resuelve problemas y avanza con resolución”
José Antonio Marina

Nunca la ajena voluntad, aun grata,
cumplas por propia. Manda en lo que haces,
ni de ti mismo siervo.
Nadie te da quien eres. Tú, no cambies.
Tu íntimo destino involuntario
cumple alto. Sé hijo tuyo.

Fernando Pessoa,
Odas (1914-1934) de Ricardo Reis

“Si no tienes enemigos es señal de que la fortuna te ha olvidado”
Thomas Fuller (1608-1661), historiador británico

“Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos”
Jorge Luis Borges (1899-1986), escritor argentino

“Nunca sabes quiénes son tus amigos ni tus enemigos hasta que no se rompe el hielo”
Proverbio esquimal

Cómo lograr que tu tribu te adore


Una tribu es un grupo de personas conectadas por ellas, conectadas a un líder y conectadas a una idea. Durante millones de años, los seres humanos han sido parte de una tribu u otra. Un grupo sólo necesita dos cosas para ser una tribu: un interés compartido y una forma de comunicar. Las tribus necesitan liderazgo. A veces una persona; a veces, más de una.

Siete ingredientes básicos para liderar una tribu:

  1. Cuestionar el statu quo. Cuando Mourinho llega a un club necesitado de títulos, lo primero que hace es cuestionar el estado de las cosas. En ese sentido, es un revolucionario.
  2. Crear una cultura propia. Como líder, Mourinho crea una cultura, es decir, un modo de hacer las cosas, un conjunto de supuestos básicos que sirven para relacionarse internamente y para resolver problemas de cara al exterior.
  3. Fomentar la curiosidad. Mourinho es un ejemplo vivo de trabajo, de aprendizaje continuo, de preguntarse por qué ocurre lo que ocurre.
  4. Liderazgo y después carisma. No es el carisma lo que hace a Mourinho líder de una tribu, sino que es al revés: es el hecho de ser líder (de conseguir resultados, de mostrar su poder, de atreverse a provocar) el que genera ese carisma especial, que luego se mitifica.
  5. Comunicación. Los líderes de la tribu son capaces de comunicar su visión del futuro y lo hacen con eficacia.
  6. Compromiso. Líderes como Mourinho están plenamente comprometidos con su visión y sus objetivos, y toman sus decisiones basándose en ese compromiso, aunque sean difíciles.
  7. Facilitar las conexiones entre seguidores. Los líderes no desean convertirse en los únicos depositarios de toda la información. Por el contrario, como líderes ayudan a que sus seguidores, los miembros de la tribu, conecten entre sí.
Qué no debe hacer un líder de la tribu como José Mourinho:

  • Ser incapaz de aprender de los errores. 
  • Olvidar que toda tribu tiene vida propia, y no es una mera extensión del líder. 
  • Pensar que el líder es el inicio y fin de todas las decisiones. Y, por tanto, no delegar nunca.
  • Tomar decisiones basadas en la agenda personal más que en la agenda de la tribu. Si los intereses atendidos son exclusivamente suyos, el riesgo es muy elevado.
  • Que el líder piense/sienta/crea que no puede aprender de los demás porque lo sabe todo. El líder es humano, es mortal.
  • Caer en los passion killers, rutinas monótonas e ineficientes que no aportan valor, como los trámites, la burocracia, las reuniones inútiles.
  • Ahogar nuestra creatividad,
  • Dejar que el legado anterior mate nuestro sueño.


Pasar por la vida sin haberla disfrutado. Sin haber destacado en nada, sin dejar huella en el mundo, sin ser recordado por los demás. Un triste destino para la inmensa mayoría de las personas que han deambulado por este planeta.

“Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”
Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592), 
escritor  y filósofo francés

¿Quieres convertirte en talento estrella? Pues haz como Mourinho:


  • Rodéate de los mejores. Absorbe conocimientos y salta al primer plano.
  • Consigue éxitos espectaculares y explícalos bien.
  • Aprovecha la globalización (aprende idiomas).
  • Embárcate en proyectos apasionantes.
  • Toma la iniciativa.
  • Forma un equipo ganador.
  • Practica la mejora continua.
  • Consigue que te paguen bien.
  • Maneja eficazmente el marketing relacional (las redes sociales).
  • Cuenta con el mejor representante.
  • Relaciónate inteligentemente con el poder.
  • Genera una identidad que logre adeptos, y también enemigos, importantes.
  • Quien no arriesga no gana. Da el paso y confía en tus posibilidades.

LAS LECCIONES DE MOURINHO EN OCHO CLAVES 


José Mourinho…
  • Se motiva a sí mismo.
  • Se orienta a resultados.
  • Unifica criterios.
  • Da respuestas sorprendentes.
  • Inicia proyectos ilusionantes.
  • Nada entre tiburones.
  • Es honesto y no hipócrita en sus declaraciones.
  • Orquesta el juego colectivo.
¿Hasta qué punto lo haces TÚ también?

Motivación interna


Para automotivarte, PREGÚNTATE: ¿cuál es tu estímulo más poderoso? Y respóndete desde la acción. Este estímulo ha de ser la guía para que crezcas personal y profesionalmente, para que creas en ti mismo y para que seas verdaderamente feliz.

Orientación a resultados


El ser humano necesita proyectarse hacia el futuro deseado para conseguir lo que se propone. Lo que le moviliza es el reto, el desafío, el horizonte que elige conscientemente, de modo que “vuelve desde el futuro que desea”.

Y sin embargo solemos evitar los retos, las metas, pues generan en nosotros aburrimiento (“más de lo mismo”) o, en muchas ocasiones, ansiedad (porque son otras personas las que tratan de marcar nuestros retos, y alcanzarlos nos parece imposible). Sólo cuando el reto, siendo ambicioso, lo consideramos a la vez realista, y cuando ese reto nos emociona hasta el punto de elevar nuestras capacidades, podemos vivir la vida que merecemos.

“Si un hombre no ha descubierto algo por lo que valga la pena morir, no está hecho para vivir”
Martin Luther King Jr., defensor de los derechos humanos

En consecuencia, PREGÚNTATE: ¿qué metas te has marcado? Convierte esas metas generales, abstractas, en objetivos medibles, retadores, temporales y específicos. Anticipa obstáculos y fuentes de ayuda para lograrlos. Y define hitos mensuales, tan concretos como sea posible, para cumplir esos objetivos. El éxito debe definirse; no se improvisa.

Unificar criterios


Somos tan buenos, y tan malos, como los grupos humanos de los que formamos parte. En la gran mayoría de las ocasiones, los grupos humanos no generan sinergias (resultados mejores que los de cada individuo por separado) y por tanto no triunfan. Sólo en contadas ocasiones, muy especiales, surgen grupos humanos que generan un alto rendimiento y se convierten en verdaderos equipos.

Los equipos, así entendidos no se improvisan. En su mochila deben llevar varios objetos valiosos: un diagnóstico de dónde están y qué les falta para ser verdaderamente grandes (cómo son las cosas y cómo deberían ser); una visión de futuro compartida (para remar todos en la misma dirección); un proceso realmente eficaz de análisis de oportunidades, toma de decisiones y ejecución de las mismas; diversidad en lo visible (género, etnia, capacidades), en lo tangible (edades, estudios, experiencias) y en lo intangible (modos de sentir, de pensar, de aprender); un alto grado de confianza entre ellos y de compromiso con el proyecto; un proceso de aprendizaje a lo largo del trabajo en equipo; dinamismo, mejora continua.

“El compromiso individual en un esfuerzo colectivo: eso es lo que hace que un equipo funcione, que una empresa funcione, que una sociedad funcione, que una civilización funcione”
Vince Lombardi (1913-1970), mítico entrenador de fútbol americano

PREGÚNTATE: ¿con qué equipo interactúas? Y actúa en consecuencia. Contra el miedo (a la soledad, al riesgo, al fracaso), confía en el equipo. Un auténtico equipo con el que lograr y compartir la felicidad.

Respuesta sorprendente


Hemos aprendido que “la buena educación” consiste en decirle al otro lo que quiere escuchar, aunque sea mentira, aunque no le ayude para nada, aunque le impida progresar. Flaco favor: los resultados son más pobres, por más que “aliviemos nuestra conciencia”.
La hipocresía, según el diccionario, es el “fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”. Se trata, básicamente, de una forma de mentira, y de las peores.
Consiste en faltar a la ética en grado sumo. Y con nuestra hipocresía no sólo no aportamos nada a la otra persona, sino que podemos dirigirla incluso por el camino equivocado.

“Más vale un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía”
Ángel Ganivet (1865-1898), escritor español

El mundo es de los honestos que dicen lo que piensan (con el debido respeto y sin herir a nadie), que aportan valor y que a través de sus respuestas (generalmente sorprendente) se convierten en talentos estrella.

PREGÚNTATE: ¿qué es mejor, quedar bien (hipocresía) o ser honesto contigo y con los demás? Tómate tu tiempo para aportar valor con cada una de tus respuestas, con asertividad (ofrece tu punto de vista, sin herir a la otra persona), y da respuestas sorprendentes, por imaginativas, profundas y valiosas. Somos lo que comunicamos a los demás.

Iniciativa Total


Proactividad. Stephen Covey, uno de los grandes maestros del desarrollo personal, nos ha enseñado que hay dos círculos en nuestra vida: el “círculo de influencia”, compuesto por todo aquello en lo que sí podemos marcar la diferencia. Las personas reactivas se obsesionan con su círculo de preocupación, sienten que “no pueden”, se muestran impotentes y aportan poco. La vida se les va entre quejas y lamentos. Las personas proactivas, con iniciativa, se centran en todo aquello que pueden influir, ya sea pequeño o grande, y van por ello. La vida es aportación, mejora, aventura.

“La proactividad significa que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas. Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan”
Stephen Covey

PREGÚNTATE: ¿cómo marcas la pauta? Controla tu destino (pon la acción en tu intención) u otras personas lo marcarán por ti. Asume la iniciativa y siéntate en el asiento del piloto. Cuando las curvas son cerradas y la velocidad es vertiginosa, es el único sitio donde no te mareas.


Nadar entre tiburones


Bienvenido a la jungla. En las sociedades que vivimos, hay personas buenas y personas con el grado de perversión suficiente para hacer daño a los demás (ya sea consciente o inconscientemente). Personas egoístas, que buscan exclusivamente su propio interés; personas envidiosas (como dijo Ortega y Gasset, “la envidia es una forma de elogio”); personas dañinas, tóxicas, que hacen comentarios insanamente críticos de todo y todos.

¿Qué hacer al respecto? Utilizar la inteligencia emocional, la capacidad para gestionar nuestras propias emociones y las de los demás. Desarrollar nuestra autoconfianza (la seguridad en uno mismo no puede depender de comentarios hirientes), la serenidad (“Nadie puede herirte sin tu consentimiento”, dijo Eleanor Roosevelt), el espíritu de superación (que los malvados no te aparten de tu camino). Elige bien a tus amigos y evita a los maledicientes.

“La vida es demasiado corta como para levantarse con lamentaciones. Así que ama a los que te tratan bien. Y olvídate de los que no. Ten claro que todo sucede por algo. Si tienes una oportunidad, aprovéchala. Y si eso cambia tu vida, acéptalo. Nadie dijo que la vida fuera fácil, pero te prometo que así merecerá más la pena” 
Harvey Mackay, autor de Nadando entre tiburones sin que te coman

PREGÚNTATE: ¿cómo te haces respetar? Sólo desde el criterio propio, viviendo la vida que quieres y no la que te quieren imponer. Acercándote a los seres valiosos y evitando los tóxicos.

Humanidad con los tuyos


Las personas no sólo somos “racionales”. También somos, y en gran medida, emocionales y viscerales. Y no olvidamos cómo los demás nos hacen sentir. Por ello, la humanidad en la relación con los demás es una de las claves de liderazgo personal. Trata a los demás con respeto, escúchalos con atención, dales un reconocimiento valioso de lo que hacen bien y de lo que podrían hacer mejor, sé un ejemplo permanente de conducta… Todo ello es de sentido común, pero no es práctica común.

Respecto a quienes te rodean, PREGÚNTATE: ¿cómo los haces crecer? Tu legado está en el servicio a los demás, en tu entrega a ellos. Es más importante dejar una huella en los demás, a través de su aprendizaje, que tratar de ser popular por falsos medios.

Orquestar la sinfonía


Una sinfonía es un conjunto de piezas, de personas que se adaptan especialmente bien entre sí. El resultado es una obra de arte, algo que emociona a quien la escucha, a quien la observa, a quien la ve.
Para generar una sinfonía hace falta una orquesta. La orquesta es “un espacio” (para los instrumentistas, los cantantes) que, cuando funciona al unísono, armónicamente, eleva la “inteligencia colectiva” y ofrece un resultado espectacular. Como un equipo ganador, que supera las dificultades y mejora sus propias expectativas. Y sin la persona que dirige la orquesta, tal ambición es imposible.

“La persona que quiere liderar la orquesta debe ponerse de espaldas a la multitud”
Max Lucado, experto en motivación




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